No, no mi amor, en este lugar no aterrizará ningún concorde. Tu cabeza no es muy amplia.
No amor, olvida, el trasatlántico pasó, se sumerge, tu témpano... me destruyó.
En este rincón quedo reloj control.
No merezco. Pequeño niño alejado de su cielo. Lejana alegría, perdida entre animales en celo.
No, no merezco. Solo quedo y me despido,
digo parto luego y no, no me muevo.
Quieto al otro día temo.
Dirigible color incendio enciende tus senos.
Busco un sueño largo, veloz y tranquilo,
siendo susurro y soplido,
me quiero quedar.
Más alto que un concorde ruinoso. Más alto que este avión ruidoso. Más alto que un concorde que no puede aterrizar... Más arriba del engaño y la precariedad, más alto y no poder bajar.
Derramar toda la sangre para quedar limpio del sangre.
