a las tumbas cavadas en roca,
éxtasis inimaginados,
tus frases nunca dichas.
Todo quedará escrito
en los cuerpos sudados,
en la vergüenza ajena
de nuestros padres
(cuando se enteren)
Todo queda escrito:
recuerdos de niños revoltosos.
El cosmos púbico de tu cuerpo
invita a compartir y revivir
los orígenes ocultos bajo millones de llaves.
No nos debimos haber enterado
que somos productos de la casualidad
o hijos de madres solteras.
Hijos de la curiosidad
y de la pasión adolescente;
del buscarle una razón de ser
a esa cálida vagina
o, a esa sonrisa coqueta...